Herederos de Tradición

En 2003, Javier Fernández y Francisco Rubio convirtieron su sueño en realidad al comenzar un proyecto único, una Bodega dedicada a elaborar vinos de Rioja en su forma más singular y genuina.

Surgió así Tritium, un nombre que rinde homenaje al topónimo romano de Tricio, donde se localizan parte de sus viñedos; y que tiene sus raíces en la rica historia de la región. Esta ligazón histórica se remonta a la época romana, cuando esta villa era un destacado centro de producción de cerámica en la Península Ibérica. La esencia de Bodegas Tritium radica también en el culto a los viñedos centenarios; cuidados con pasión y respeto a lo largo de generaciones. Con el claro compromiso de hacer honor a las mejores uvas de estas cepas de más de cien años, comenzaron a elaborar vino de manera artesanal y respetuosa con la tierra.

Este legado histórico impregna la identidad de Bodegas Tritium, creando una experiencia que fusiona la tradición vitivinícola familiar de cinco generaciones con la riqueza cultural e histórica de nuestro entorno.

 

Una Historia Centenaria

Apostando por esta ligazón con la historia y en un firme empeño por preservar la tradición vitivinícola, Javier y Francisco decidieron restaurar un edificio del siglo XV, ubicado en el casco antiguo de Cenicero, dando forma así así una bodega que cuenta con lago de piedra de sillería, tino y trujal, así como con dos maravillosos calados a 10 metros de profundidad. Un lugar enraizado en cinco generaciones de una misma familia dedicada al cultivo de la vid e impregnado de la sabiduría transmitida a lo largo de los años e íntimamente conectada con la tierra y la naturaleza circundante.

La reconstrucción se ha llevado a cabo conservando su estructura original, revitalizando áreas en desuso para la vinificación, crianza y embotellado de los vinos de viñas centenarias de más de un siglo de antigüedad. Hoy, este espacio se erige como un punto de encuentro entre la tradición, el arraigo artesanal y la innovación. Una ventana hacia el universo del vino, donde se respira historia y se comparten experiencias.

Lejos de modas y tendencias, hemos encontrado nuestro lugar en el corazón de nuestros visitantes, amantes del vino que buscan la excelencia en cada copa. La calidad excepcional, la autenticidad y la historia se manifiestan en cada botella, ofreciendo una experiencia sensorial que trasciende lo convencional y se adentra en la esencia de nuestra tierra.

Nuestra singular mirada al futuro

En búsqueda de una constante renovación, Bodegas Tritium se embarca en un singular proyecto junto al prestigioso diseñador Francesc Rifé, cuya visión transformadora redefine los límites del espacio y el tiempo en nuestra bodega.

Este ambicioso viaje no es simplemente una remodelación arquitectónica; es un diálogo profundo entre lo ancestral y lo contemporáneo, lo cotidiano y lo trascendente.

Rifé, insufla así nueva vida a nuestros espacios interiores sin desvirtuar la esencia de la piedra y la madera, guardianes silentes de la historia, fusionados con elementos vanguardistas.

Esta alianza supone y representa la unión perfecta entre tradición y vanguardia, con la restauración de la bodega como símbolo tangible; reflejando la filosofía de Tritium: el equilibrio entre el pasado que nos define, el presente vibrante y la mirada hacia el futuro.